El acto protocolar pautado para ayer a las 4 de la tarde no se realizó.
Según tenemos entendido, el estado de la “nueva cara de la facultad” lo hizo desaconsejable, al presentar grietas, grietas ya denunciadas en este espacio y verbalmente desde hace meses.
Nos alegramos profundamente de que este acto no haya sido realizado a la hora pautada, aunque nos entristece no haber podido gozar de una actuación de nuestra exquisita Coral de Ciencias y de la excelente labor de nuestro compañero Marcos Zambrano a cargo de la dirección de la Orquesta Típica, claro está, después de las 6 de la tarde o entre 12 y 2 de la tarde. Y es que hay que dejar algo en claro, algo que se ha querido hacer ver y que no es cierto. Nosotros no somos enemigos de la cultura y el esparcimiento, simplemente consideramos que el arte, la cultura y la música sí tienen cabida en la Facultad mientras no interfieran con las actividades diarias. Con los brazos abiertos recibimos al arte y es nuestra promesa el no interferir con la realización de ningún acto realizado en horas no lectivas o incluso, en horas lectivas, si es realizado en un recinto como el Auditorio de Venanzi, donde no obstruya la realización de las clases, los laboratorios y la investigación. Del mismo modo, nos comprometemos públicamente a protestar la realización de actos “culturales” y culturales si son realizados en horas lectivas y en condiciones que dificulten la realización de labores de docencia e investigación.
No somos violentos, pero sí somos creativos e independientes y las protestas tomarán formas no violentas y poco tradicionales, nos amparamos en el derecho a la Libertad de Expresión y el derecho a disentir que tan bravamente defiende nuestra Ilustre Universidad, al precio incluso de promocionar a individuos como Nixon Moreno como modelo a seguir y graduarlo de manera poco ortodoxa, defensa de la Libertad de Expresión con las que estuvo de acuerdo el Consejo Universitario casi en pleno, incluyendo nuestra estimadísima Decana. Siguiendo la tradición de creatividad, espontaneidad y alegría del mayo aquel, el del 68, cuando la Universidad francesa (y la de media Europa) se alzó exigiendo lo imposible, que no logró, pero sembró las bases del Cambio, bajo esas lineas protestaremos si es necesario hacerlo.
En vista de las credenciales de lucha por el disenso, la libertad, el respeto a las minorías y contra el autoritarismo que poseen nuestras autoridades, estamos seguros y convencidos que estas protestas no serán mal recibidas, que al contrario, serán tomadas como signo que dentro de nuestra gran Universidad existen el debate y la diversidad de opiniones, como muestra de la alternativa que propone nuestra querida Universidad de Los Andes frente al proceso jerárquico e impositivo que actualmente vivimos según algunos (quien escribe incluido).
Una barricada cierra una puerta, pero puede abrir un camino.