sábado, 26 de abril de 2008

Patricia va... a obligarnos a todos a dejar de ver clase, lo queramos o no

La Prof. Patricia Rosenzweig, Decano de mi querida Facultad de Ciencias de la ULA, afirmó que la decisión de realizar la elección de la “novia” de la Facultad no fue debida a ella, sino impuesta por órdenes de la Dirección de (in)Cultura y Extensión y ratificada por el Consejo de Facultad. La Decano, personalmente, al hablar conmigo, hizo énfasis en dicha imposición. Resulta extraño que la Decano participe de tan buen grado en un evento que le fue impuesto y el cual, en sus propias palabras, no interfirió con la realización del Congreso de la Sociedad Venezolana de Física, cuya sesión de posters fue realizada simultáneamente. Probablemente los expositores no se mostrarán de acuerdo con la Decano.

Más que extraño, resulta indignante que la persona que pretende ocupar el puesto de Vicerrector Académico discrimine a la Academia en función de un circo barato y sexista, sospechosamente realizado el día antes de las elecciones estudiantiles y que fue camuflajeado como un acto político de un movimiento específico, cuando en realidad debió ser estrictamente institucional. Durante la gestión de la Dra. Rosenzweig hemos sufrido un sinnúmero de vejaciones a la Academia y el insulto de nuestro trabajo con la realización de actos como este. Desde paraduras hasta las bochornosas celebraciones de cumpleaños de la misma Decano (con Mariachis incluidos), todas estas grotescas irrupciones de las clases y laboratorios han sido constantes, y aunque la Decano niegue responsabilidad alguna, resulta clara su anuencia y permisividad. Es preocupante que la persona encargada de velar por el estado de la academia universitaria prime la frivolidad frente al trabajo duro, que prime la estética sobre la funcionalidad y que mientras tenemos pisos de granito, nuestros laboratorios sufren de la falta de los reactivos más elementales y de material de vidrio, como afirmo responsablemente en virtud de mi cargo como preparador de Bioquímica y conocimiento de la situación.

En las últimas elecciones le otorgué mi voto de confianza a la Prof. Patricia con el norte de una mejor facultad. Siento que he sido defraudado y burlado, que el oropel y las lentejuelas han ganado frente al lápiz y la pipeta. Por favor, no confundirse, no abogo por una vida gris y monótona, sin diversión alguna. Pero Venezuela, y sobre todo Mérida, está llena de sitios de esparcimiento, sano y malsano y existen horarios donde pueden realizarse estos actos sin incordiar a la facultad y joder a los que queremos estudiar y trabajar. Tampoco piense, lector, que mis motivaciones son políticas, pues estoy próximo al fin de mi carrera y no apoyo a ninguno de los movimientos al centro de estudiantes. Simplemente he llegado al límite de mi paciencia para esta comparsa en la que quieren convertir la Facultad y si bien la Decano ha tenido un gran número de logros, ninguno de ellos justifica este irrespeto constante a nuestro trabajo y esta perversión de los espacios comunes en horas laborables.

Es una pesadilla que nuestra universidad se convierta en reflejo de lo que hoy es esta facultad de llegar a resultar ganadora Patricia Rosenzweig

Guido David Núñez Mujica, estudiante de Biología y PAI.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Chamo, lo que dices es cierto, pero recuerda que esto es venezuela y quien no actue de esa manera terminara en el san juan de dios o como un pordiosero. La otra opcion que tienes es irte de venezuela a menos que no vendamos mas petroleo y empecemos a caer como moscas muertas por el hambre, en ese momento su opinion sera tomada en cuenta, por los momentos no!!!!

Unknown dijo...

Bueno, el cambio tiene que empezar por abajo, por nosotros mismos. No desde arriba. Una facultad que está relativamente aislada y tiene una población pequeña es un experimento perfecto para intentos de cambio como estos.

Irme de Venezuela es una opción, obviamente. Pero es la salida fácil, una salida que no contemplo excepto en casos extremos. Como sociedad y a nivel mundial enfrentamos peligros gravísimos, peligros que necesitan de gente inteligente, preparada y crítica. Es necesario desarrollar nueva tecnología, eso lo pueden hacer los países extranjeros, nosotros no, por lo general. Tenemos que ser capaces de hacerlo, de contribuir a resolver los problemas del futuro, si no, estamos fregados. Esa es la pelea que hay que dar, y pelear porque esto sea visto como la perversión que es, que se entienda, coño, que el estado nos da dinero para investigar y crear y no para estas cosas, que si queremos beber y rumbear hay otros sitios donde no molestamos a los demás.

Y bueno, el que piense que yo soy un "esclavo de la academia" por lo que escribo, en palabras textuales de nuestros insignes miembros del Centro de Estudiantes, no sabe de lo que habla y nunca me ha visto bailando tambores o en la olla de Biroska. Cuando quieran vamos y vemos quien aguanta más tiempo descargando.