domingo, 27 de abril de 2008

Patricia va... a seguir insistiendo en este modelo de país que sabemos no funciona


Concursos de belleza, pachanga y rumbas, obras faraónicas con consecuencias desagradables (los materos que meses después de terminadas las obras siguen obstruyendo el paso por las aceras) y encima, mal hechas. ¿Es éste el legado de Patricia Rosenzweig a la posteridad?. No seamos parciales, también ha logrado la terminación del edificio de Teoría (así se haya distribuído de manera sospechosa el espacio) y ha dado proyección a una facultad que necesita gente en un país que necesita científicos. Lamentablemente cuando el estudiante ilusionado e ingenuo, cautivado por la belleza, elegancia y poder explicativo de la ciencia durante los Encuentros con las Ciencias, entra a la Facultad, se topa con la dura realidad de trabajar con potes de mayonesa y potes de compota, no realizar prácticas por falta de reactivos y aspirar ácidos con su boca debido a la falta de propipetas.

Hoy Patricia demuestra de nuevo, y a pesar de la oposición de un gran sector de la Facultad que aprecia el arte y la cultura, pero que tiene sus prioridades claras, que la Academia y el trabajo de los demás le importa poco. Nada costaba hacer el evento a las seis de la tarde. Muchos de los que nos quejamos estaríamos contentos de poder venir a esa hora, pues es una cuestión de principio que las instalaciones comunes no sean usadas en horas lectivas para actos que perturben la realización de las clases y menos para campañas electorales particulares.

Mi pregunta es: ¿Qué país se ha desarrollado con concursos de belleza?, ¿Existe una correlación entre el Índice de Desarrollo Humano de un país y el tamaño del busto de sus mujeres?, ¿Con qué dinero y recursos vamos a mantener a la Facultad, a las orquestas y el tejido mamario de nuestras mujeres el día en que el petróleo sea desplazado como fuente energética?. Este país usa todo como excusa de una fiesta, hay miles de sitios y muchos otros momentos para actos festivos, donde no interfieran con las actividades. ¿Por qué se insiste en echar por tierra una y otra vez los esfuerzos de quienes tratamos de trabajar en medio de un patio fastuoso, pero sin apenas recursos y muchas veces sin luz ni agua?

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